La pintura en polvo desde su lanzamiento en la década de los 60, ha tenido un crecimiento constante en el mercado, y es porque ofrece una enorme cantidad de aplicaciones en piezas metálicas.
A diferencia de las pinturas tradicionales líquidas, evita que se formen burbujas en la superficie y escurrimientos ofreciendo un acabado más uniforme.
La pintura electrostática es un recubrimiento en polvo que se aplica con una una pistola electrostática para pintura en polvo, que mezcla aire con las partículas cargándolas eléctricamente.
Preparación de la superficie para aplicar pintura en polvo
El principal propósito es lograr cargar eléctricamente de forma opuesta la pintura y la superficie del objeto, para que se atraigan. Esto requiere un proceso con instrumentación especializada.
Pero para comenzar, debe limpiarse exhaustivamente la superficie y así, las partículas impuras no impedirán que se acumule la energía deseada. Las piezas se pueden limpiar con agua a presión expulsada por una lavadora especial. Luego son secadas dentro de la misma mediante un proceso de aire caliente.
Posteriormente, las piezas se elevan y se cubren con un líquido fosfatizante por casi una hora.
Una vez que transcurre dicho tiempo, es necesario quitar todo este líquido, por lo que se enjuaga en otro contenedor.
Posteriormente, se seca bien la superficie con una secadora especial que impedirá que queden restos de líquido.
Para finalizar, se lleva a cabo el proceso de pintura electrostática. En el que la pintura se carga eléctricamente con alto voltaje dentro de la pistola pulverizadora y junto a pigmentos y resinas se comienza a aplicar sobre la pieza con conexión a tierra.
La pintura en polvo se puede formular para satisfacer una amplia variedad de apariencias y características de acuerdo a su función. Esto incluiría el espesor de la película, el brillo, la textura, el color y la calidad del recubrimiento.
Contenido producido originalmente por Sabio Marketing para Aguado